Responsabilidad es darle voz a los conflictos: 5 claves para saber si los estás gestionando correctamente con tu equipo.
El conflicto es el impulso para avanzar y el obstáculo que se opone (Sun Tzu, El arte de la guerra, 480-211 a.C).
Desde hace unos años, la diversidad dentro de las empresas se ha convertido en un factor tremendamente relevante. Entre otros muchos beneficios, la diversidad se traduce en creatividad, aporta distintos puntos de vista y perspectivas diferentes, algo elemental para dar respuesta a las necesidades cada vez más exigentes y cambiantes del mercado. Y hay algo que suele ir de la mano de la disparidad de opiniones: los conflictos ¿Sabemos cómo afrontarlos?
A pesar de ser algo inherente al ser humano, y necesario para evolucionar, solemos rehuir de los conflictos. Uno de los motivos es que lo asociamos a la figura de un ganador y un perdedor, a un proceso doloroso.
Otra razón es el miedo. Cuando nos encontramos ante un proceso de toma de decisión, el temor puede condicionar nuestra actuación: miedo a perder si no es elegida nuestra alternativa, miedo a las consecuencias de no acertar en caso de que lo sea, o miedo a generar una situación de tensión interna en el debate.
Estos motivos nos llevan a evitar el conflicto:
– Decidiendo individualmente sin poner en común puntos de vista. Hace unas semanas, en una sesión de coaching individual, el cliente, responsable de un equipo, se declaraba frustrado por la baja capacidad de resolución de sus miembros. Al trabajar el proceso de decisiones, se puso de relevancia que su miedo a vivir situaciones de tensión con el equipo le llevaba a tomar todas las decisiones. El resto del equipo, ante cualquier situación conflictiva, quedaba a la espera de la solución. Le sorprendió darse cuenta de las tensiones ocultas que esto estaba generando, ralentizando el trabajo.
– Reservando opiniones propias, por las posibles consecuencias que deriven de ellas. Los socios de una empresa nos contrataron con el objetivo de ayudarles a desatascar un proceso de toma de decisión. Se encontraban en el momento de optar por diversificar para ampliar sus líneas de negocio o continuar como estaban. Pero la decisión no llegaba. Tras algunas sesiones de trabajo, los socios tomaron conciencia de que el motivo por el que no estaban avanzando era el miedo a que se produjese una ruptura en su relación; la falta de avance estaba afectando negativamente al resto de las personas de la empresa y a la continuidad del proyecto.
– Aparcando aquellas decisiones que aparentemente no son urgentes: En un proceso trabajamos con un equipo que inicialmente evaluó su capacidad para gestionar conflictos muy positivamente. Sin embargo, cuando profundizamos en el tema se dieron cuenta de que había decisiones importantes que no se estaban abordando por no haber sabido cómo llegar a un consenso. Resultó revelador para el equipo ser conscientes de que no era necesario el consenso, sino el acuerdo entre las partes.
La falta de conflictos en una organización es un problema
En contra de lo que parece, la falta de conflictos es un problema. Evitar los conflictos nos lleva a situaciones complejas: trabajos no realizados, oportunidades perdidas, culpas ante decisiones no acordadas. Es más: los problemas no resueltos tienen el potencial de escalar y convertirse en crisis.
Cinco claves para saber si estás gestionando correctamente los conflictos con tu equipo
- ¿Son las reuniones aburridas o apasionadas? Es exactamente el lugar donde tomamos las decisiones que afectarán a nuestro presente y futuro.
- ¿Se ponen los temas más relevantes y difíciles sobre la mesa? ¿Se mantienen hasta que se resuelven?
- ¿Los miembros del equipo debaten abiertamente los problemas?
- El foco de los debates ¿Está en las personas o en las ideas? Los conflictos productivos se debaten en base a conceptos, nunca hacia las personas.
- ¿Se escucha a todos los miembros del equipo? No se trata de llegar a un consenso, sino a un acuerdo en función de la escucha y consideración de cada opinión.
Si entendemos la gestión de los conflictos como una necesidad para evolucionar, una oportunidad para tomar las mejores decisiones, seremos capaces de avanzar construyendo cada decisión con el foco hacia el bien común.
Como siempre, podemos esperar a que los conflictos se resuelvan (o no) de manera natural. O podemos generar el espacio para que cada equipo tome conciencia de su capacidad de gestión actual, y trabaje para llegar a donde quiere estar.
Los conflictos ocurren dentro y fuera de las organizaciones. El aprender a gestionarlos genera valor en la empresa y en la sociedad, pues somos las mismas personas las que estamos en esos dos mundos.
Autora: Bárbara Outón Luque